El narrador José Urriola tenía, en una colina a un costado del Parque La Fila, en San Luis del Cafetal, su Ávila particular, al cual visitaba regularmente como un ritual solitario. Cuando, junto a su esposa, decidió emigrar a México, decidió despedirse de él. Pero fue una despedida triste, precedida de un feroz incendio forestal. Quiso la fortuna que volviese…
Hijo de una profesora de biología con un profesor de literatura, de esa mezcla nací siendo un apasionado de la ciencia ficción. Camino, oigo música y escribo, porque toda historia comienza siendo una canción pero antes de sentarme a escribirla tengo que caminarla largamente. Soy autor de Chupetes de luna (2012), Experimento a un perfecto extraño (2012), Cuentos a patadas (2014) y Santiago se va (2015).
