Observando las expresiones de sus pacientes y escuchándolos con detenimiento, Berta Rojas, especialista en medicina familiar, logra encontrar información valiosa sobre quienes acuden a su consulta. Es lo que le ocurrió con Marisela, una mujer maltratada que padecía de hipertensión, pero que necesitaba más que medicamentos y diagnósticos.
Tengo 59 años, nací en Caracas, Venezuela. Casada tengo 5 hijos, 4 nietas y 10 hermanos. Mi profesión, médica de familia, me enseña que la medicina, más allá de curar una enfermedad, ayuda a las personas enfermas.