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En Petare vivía el protagonista de esta historia. Estaba cumpliendo 27 años justo el día en que a la comunidad llegó la Fuerza de Acciones Especiales allanando casas con armas largas.
Siempre se sintió encarnando una gran contradicción por ser homosexual y estar en una iglesia evangélica. Era la pieza que no encajaba en el rompecabezas. Durante mucho tiempo quiso cambiar, pero el proceso se tornó intenso y doloroso, y desistió. “Inténtalo una vez más”, le pidieron los pastores hace un año, el 28 de junio de 2022, el Día Internacional del Orgullo LGBT.
Rossana Hernández creció cerca del mar, en Carúpano, bailando ballet, leyendo literatura y escuchando los consejos de su abuela. A los 16 años se instaló en Caracas para estudiar derecho, pero sabía que no ejercería esa carrera por mucho tiempo. Todo cambió cuando descubrió la magia del teatro. Actuar, dirigir y enseñar es su forma de estar en el mundo.
Conforme fue descubriendo su identidad, Juan La Rosa, indígena kaketí, se hizo activista. En compañía de sus maestros, fue testigo y partícipe de la lucha por la recuperación de sus tierras ancestrales que estaban en manos de ganaderos y de empresas transnacionales. Vio muchas muertes: la del líder yukpa Sabino Romero fue una de tantas.
Lisa Lynn Henrito es la primera y, hasta ahora, única mujer en ocupar el puesto de capitana de Maurak, la tercera comunidad más grande del pueblo pemón. El pueblo, en el municipio Gran Sabana, en el sur del estado Bolívar, se ha ido deteriorando con el auge de la minería ilegal. Fue por eso que ella decidió asumir el cargo de nuevo para, desde ese rol, luchar por su gente.
Han sentido la adrenalina que recorre el cuerpo cuando la vida de otros pende de un hilo. Han vivido minutos intensos en ambulancias, hospitales, salas de espera y urgencias. Han atendido a heridos en accidentes de tránsito o por armas de fuego, damnificados, parturientas e infartados. Saben actuar con precisión y mesura ante una catástrofe. Y se empeñan en enseñar eso a todo el que lo necesite. Yham Perdomo y Norys Celis son esposos, paramédicos y profesores de la Fundación Venemergencia.
Las historias que hemos publicado sobre niños abusados sexualmente en el hogar movieron sus recuerdos. Por eso, quiso contarnos la suya: detrás del hombre profesional y exitoso que todos ven, están las heridas que lleva consigo. Durante su infancia y su adolescencia, un primo y otras personas abusaron de él. Luego de años de silencio, entendió que contar lo que vivió es una forma de prevenir que a otros les suceda lo mismo que él vivió. Y, a la vez, una manera de sanar.
Cuando en septiembre de 2018 salió de la cárcel, donde pasó casi cuatro meses acusada de traición a la patria y rebelión militar, Lisbeth Añez, se sentía como un barco a la deriva. Uno de sus abogados, como entregándole una brújula para que retomara el camino, le habló de alguien a quien podía ayudar. Esta es la historia de la mujer a la que jóvenes que protestaban en contra de Nicolás Maduro bautizaron como Mamá Lis.
La niña dormía en el mismo cuarto que su mamá y su padrastro. De tanto en tanto, él llegaba borracho, se desvestía frente a ella y se le insinuaba. Ella, que entonces estaba en 5to grado, trataba de no prestarle atención, pero una noche, a sus 11 años, él le saltó encima como un depredador a su presa. Este relato real forma parte de El silencio es amigo del abusador, una campaña de prevención del abuso sexual infantil en el hogar, desarrollada en alianza entre La Vida de Nos y Construyendo futuros.
Sobreviví al cáncer para contar la vida con sus luces y sombras. Soy periodista-narrador y editor senior de La Vida de Nos, donde cada día conjugo los verbos creer y crear. Tengo la certeza de que las historias son puentes en los que nos encontramos con los demás y con nosotros mismos.