Antonia Luque, durante su niñez y adolescencia, tuvo que ver morir a tres primos suyos a consecuencia de la hemofilia, una enfermedad rara y hereditaria que ha marcado las últimas generaciones de su familia. Tratando de sobrellevar la patología, leyó mucho y se convirtió, desde hace 30 años, en activista de la Asociación Venezolana de Hemofilia.
De Carabobo, donde estudié y me inicié en el oficio recorriendo hospitales, pasé a Caracas para cubrir Política y Parlamento con TalCual. De vez en cuando los derechos humanos retoman mi agenda. Ser reportera me apasiona.