Maryflor Gamboa viajó a Santa Elena de Uairén, en el sur profundo de Venezuela, para participar en una actividad de un programa de liderazgo del que formaba parte. Durante una semana jugó con los niños de la comunidad indígena de Mana-Krü. Se ganó su confianza, los hizo reír y supo cosas de ellos que todavía retumban en su mente.
Optimista, curiosa, creativa y apasionada es la combinación perfecta para definirme. Soy una viejita atrapada en el cuerpo de una joven cuya alegría es eterna. #SemilleroDeNarradores