En enero de 2018 publicamos “Todo pasó tan rápido”, donde Olga Meza relataba el asesinato de su hijo Ángel Joel, de 16 años, a manos de funcionariospoliciales en Nueva Esparta. Junto con su esposo y sus tres hijos, formaban una familia unida. Qué pasó con ellos tres años después es lo que se cuenta en esta entrega de #HaySegundasPartes.
Ingeniera especializada en gerencia, Laura Zambrano, a sus 40 años, sintió el deseo de servir al prójimo. Proveniente de una familia muy católica, se ofreció como voluntaria en la iglesia a la que acudía con frecuencia. Años después comenzó a colaborar con la Causa de Beatificación del doctor José Gregorio Hernández: ella es la mujer que, durante casi 10 años, se encargó de recibir los testimonios de presuntos milagros del médico venezolano con fama de santidad. Historias, todas, con finales esperanzadores.
Hace un mes, la tarde del domingo 28 de marzo de 2021, falleció Luis Rugeles a sus 67 años. Tres días después, murió Elba Rodríguez, su esposa. Ambos tenían covid-19 y estaban en Caracas. En medio de su duelo solitario, su sobrino, el escritor venezolano Eduardo Sánchez Rugeles, comenzó a escarbar en sus recuerdos y a explorar facetas de sus tíos que no conocía. Desde Madrid, donde reside, escribió esta historia testimonial.
Minguito es el responsable de mantener con vida el kiosko El Caney, que fundara su padre en Playa Parguito, en Margarita, a principios de los años 80. Las diversas aristas de la crisis económica han puesto en peligro el negocio, pero ninguna como la llegada del confinamiento por la pandemia.
Las crisis que han padecido por igual Cuba y Venezuela afectan el suministro de productos básicos y la situación de los enfermos mentales. De allí que hayan surgido iniciativas solidarias de gente supliendo lo que el Estado no proporciona a sus ciudadanos. Esos paralelismos son los que llevaron a seleccionar esta historia —una excepción dentro de nuestra línea editorial— como parte de la Red de Periodismo Humano.
Marchan llegó contento al Parque Nacional Torres del Paine, en el sur de Chile, a retomar su oficio de pastelero, y con la ilusión de ahorrar para reencontrarse con su familia en Venezuela. Cuando estaba a punto de lograrlo, comenzó la pandemia de covid-19 y se quedó sin trabajo.
La mañana del 14 de marzo de 2013 unos policías echaron abajo la puerta de la casa de Yajaira Martínez, persiguieron a su hijo hasta la platabanda de la vivienda y allí le dispararon. Han pasado exactamente siete años y un mes, un tiempo en el que ella no ha hecho más que concentrarse en tratar de hallar justicia: una búsqueda que la ha llevado a callejones vacíos y sin salida.
Gracias a su amistad con los hermanitos Aníbal y Orianny, dos adolescentes con anemia drepanocítica, Milena Pérez entendió lo que quería decir esa frase que había escuchado desde pequeña en la iglesia: “Amar al prójimo como a uno mismo”. Aprendió cómo pequeñas acciones de solidaridad pueden cambiar vidas…
Los más de 2 millones de migrantes que hay en Argentina deben sortear desafíos y situaciones complejas para establecerse en ese país. Afortunadamente, hay organizaciones dispuestas a brindarles una mano.
Carlos Fernandes nació, creció y se hizo dirigente político en Barlovento. Allí, en lo profundo del estado Miranda, fue donde sus padres, mucho tiempo antes, se asentaron al migrar de Portugal. A ese país se fue él en 2017 porque no quería ser un preso político venezolano más.