Después de ocho días encadenados frente a la Defensoría del Pueblo, activistas LGBT lograron que diputados de la Asamblea Nacional electa en 2020 les prometieran que se reunirían con el Consejo Nacional Electoral y con el Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería para, apelando al artículo 146 de la Ley Orgánica del Registro Civil, cambiar los nombres de 15 transgéneros e intersexuales. Esta es la historia de Paúl, un hombre trans que se quedó esperando.
El 15 de diciembre de 2016, el Tribunal Supremo de Justicia emitió una sentencia que garantiza la protección de las familias, incluyendo las homoparentales. Esto sentó un precedente para la aceptación de la doble filiación materna. Sin embargo, la familia que protagoniza esta historia —una niña, un niño, dos mamás— está en un limbo jurídico. Es como si no existieran.
El escritor venezolano Rodrigo Blanco Calderón fue invitado a participar en la presentación de Florecemos en un abismo —una reciente antología poética de Rafael Cadenas— que se llevaría a cabo en Barcelona, España. Cumpliría así lo que había deseado días antes, mientras veía la transmisión de la ceremonia en la que el poeta recibía el Premio Cervantes de Literatura, el más importante galardón a las letras en español. Esta es la historia de lo que vivió. ¡Y es nuestra historia 700!
Roger jugó béisbol, practicó judo, pero desertó: después descubriría que su lugar estaba en el voleibol. Formó parte de la selección del estado Carabobo. Un día el director técnico de la Federación Venezolana de Voleibol lo vio en acción y se interesó en él. Yaya, su madre, no tenía dinero para respaldar la incipiente y prometedora carrera deportiva de su hijo. Pero no perdió la fe.
Aunque tenía problemas de visión, comenzó a pintar a temprana edad. Alí Zapata intentó estudiar biología y sociología en la Universidad de Oriente, pero su camino estaba en la pintura y la docencia. Lo supo luego de una suplencia a un profesor de dibujo técnico: durante casi tres décadas estuvo en las aulas. Cuando más tarde quedó prácticamente ciego, comenzó un recorrido de autoconocimiento.
Era una estudiante de 4to año de bachillerato cuando, maravillada ante un concierto de grandes dimensiones al que asistió en el Poliedro de Caracas, se dijo que quería ser productora. Desde entonces no ha parado: Ana María Díaz lleva 25 años siendo “la titiritera que mueve los hilos invisibles para que todo salga bien”.
Rossana Hernández creció cerca del mar, en Carúpano, bailando ballet, leyendo literatura y escuchando los consejos de su abuela. A los 16 años se instaló en Caracas para estudiar derecho, pero sabía que no ejercería esa carrera por mucho tiempo. Todo cambió cuando descubrió la magia del teatro. Actuar, dirigir y enseñar es su forma de estar en el mundo.
Las aulas no tienen que ser una burbuja. Que sus estudiantes sepan lo que les espera al graduarse es algo que siempre ha procurado Astrid Pérez Bastidas, cineasta y profesora de cine de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Católica Andrés Bello. Los anima a convertirse en contadores de historias, aunque eso sea cuesta arriba en un país como Venezuela.
Claudia Salazar pensaba producir el musical Los miserables hacia el final de su carrera como productora de espectáculos en Venezuela. Sabía que ese montaje requería una estructura que no tenía. Pero un día, después de no pocos tropiezos, pensando en la finitud de la vida, se decidió a intentarlo.
Según un estudio de la Asociación Venezolana para la Educación Sexual Alternativa (Avesa), en 2019 se realizaron aproximadamente 15 abortos clandestinos por día en Venezuela. Ese mismo año, en un hospital del oriente de Venezuela, mientras cursaba la materia de ginecología y obstetricia, Jennifer Rodas aprendió más sobre el aborto que en el resto de la carrera de medicina.