Roraima nació hace 17 años en Uripá Merú, frente a tepuyes de los cuales el más imponente le dio su nombre. Viendo la ausencia de futuro en ese campo minero donde su familia se instaló para ganarse el sustento, Roraima decidió buscar un ambiente con más oportunidades.
Un fotorreportero de Maturín viajó hasta el hospital Luis Razzeti, de Tucupita, para acompañar a un colega a una pauta. Mientras esperaba, una mujer llamó poderosamente su atención. Indagando sobre ella, descubrió que se llama Gladys, que tiene 54 años y que toda la vida ha vivido en ese hospital.
Manuel Jacinto Caballero era un hombre solitario pero muy popular en Las Vegas, un lejano pueblo del estado Cojedes, donde nació y creció. Un día desapareció y algunos vecinos creyeron que se había ido a Colombia a vivir con una pareja. Dos años después supieron la verdad: “El Panita”, como le llamaban, había sido asesinado.
Alfredo es un venezolano que, partiendo desde Caracas, llegó a Quito con esposa e hijo, el cual ve cómo se agotan los recursos de los que disponía para mantener a su familia sin tener que acudir a las incipientes redes de ayuda a los migrantes venezolanos en esa ciudad, en tanto espera una llamada por un empleo al cual aplicó.
Carlisbeth Falcón nació en 2006 en Sanare, estado Lara. Como requería un trasplante de riñón, a los 9 años llegó con sus padres al Hospital J.M. de los Ríos, en Caracas, adonde tendría que ir muchas veces más. De vuelta a su casa, rememora sus días en el pediátrico. Allí extrañó a sus primos, recibió el amor de sus papás, hizo amigos y se enfrentó a la muerte.
Tras 225 audiencias, en las que recorrió 39.000 kilómetros esposado, nunca se pudo demostrar la culpabilidad de Iván Simonovis en la acusación de “complicidad correspectiva” en la muerte de dos personas durante los sucesos del 11 de abril de 2002. Pese a eso, fue condenado a 30 años de prisión.
Un mensaje de WhatsApp de su madre disparó en Patricia Heredia imágenes que la trajeron de vuelta a sus años en el colegio San José de Tarbes de El Paraíso, donde estudió desde los 3 años. En su testimonio, rememora los valores adquiridos en ese universo de disciplina y perseverancia, regido por la Hermana Elizabeth.
Una pediatra de un hospital trabajaba y se secaba las lágrimas mecánicamente, ante la devastación a la que se enfrentaba día a día sin poder resolverla. Un día no aguantó más y se desplomó anímicamente. Una colega le sugirió que pidiera un reposo. Tras 60 días en casa, encontró el alimento para volver a su tragedia cotidiana.
Helymar Márquez es psicólogo. En su consultorio, en Maracaibo, debe lidiar con los problemas con los que lidiamos todos los venezolanos. Sin embargo, siente pasión por los patrones de las personas que logran cambios, para poder aplicarlos en su consulta, en tiempos en que el desaliento es la constante entre sus pacientes.
Arianny Valdespino es una ciudadana más de la diáspora venezolana. Trabaja en el subte de Buenos Aires tocando el cuatro mientras espera sus documentos universitarios para ejercer su profesión en Argentina.