Helymar Márquez es psicólogo. En su consultorio, en Maracaibo, debe lidiar con los problemas con los que lidiamos todos los venezolanos. Sin embargo, siente pasión por los patrones de las personas que logran cambios, para poder aplicarlos en su consulta, en tiempos en que el desaliento es la constante entre sus pacientes.
Arianny Valdespino es una ciudadana más de la diáspora venezolana. Trabaja en el subte de Buenos Aires tocando el cuatro mientras espera sus documentos universitarios para ejercer su profesión en Argentina.
Yonjaiverson encontró en la calle un refugio para vivir sin reglas. Pero en esa misma calle encontró también la muerte, de manos de otros niños que, como él, hicieron de las aceras y plazas su hogar. Luego de su muerte, dos de sus tres hermanos que vivían en la calle volvieron junto a su mamá.
El 18 de mayo de 2017 un guardia nacional disparó una lacrimógena a quemarropa contra la humanidad de Óscar Navarrete. Llevado a una clínica sin signos vitales, reaccionó luego del cuarto intento de reanimación. Los médicos auguraron que quedaría en estado vegetativo, pero su madre se negó a ese diagnóstico.
Luego de que asesinaran a uno de los suyos, una banda que impone su ley en un sector de San Félix decidió que Oscar, agente de la Policía Municipal, no podía seguir viviendo ahí. Cuando tuvo el atrevimiento de poner un pie en sus calles, lo mataron. Desde entonces, la vida de toda una familia es otra.
Jhonny Castillo es un joven historiador venezolano que emigró a Montevideo. Apenas llegar le advirtieron de lo complicado que resultaba conseguir empleo en ese país, y que el asunto no tomaba menos de cinco meses. A los pocos días de haberse instalado respondió a un anuncio solicitando personal.
Desde la distancia geográfica y temporal, Julio Tupac Cabello rememora el duro trance de recibir la noticia de la muerte de la abuela, figura fundamental de su infancia y juventud, mientras se encontraba fuera del país, sin poder refugiarse en la catarsis colectiva de llevar ese duelo junto a quienes esa muerte tiene el mismo significado.
En la zona 7 del barrio José Félix Ribas de Petare, al este de Caracas, venezolanos castigados por el descalabro del sistema de salud buscan en lo sobrenatural una respuesta que en el plano terrenal no consiguen. Es “El callejón de los brujos”, donde un hombre dice encarnar el espíritu del Hermano Guayanés.
Partiendo del recuerdo de un fallido intento de cacería, Carmen García Vilar, la autora de esta historia finalista del Premio Lo Mejor de Nos, rememora los orígenes gallegos de su familia y las inútiles discusiones de ella con su padre tras la defensa de utopías que solo dejan dolor.
Zaida quedó viuda en 2013 y, desde entonces, ella y su hijo Brayan viven en la calle. Cada tanto los policías los persiguen y el muchacho huye para que no lo lleven a un albergue. Luego le toca buscar a su mamá en la próxima plaza que haya escogido como hogar. Es la vida de dos seres cuyo único sueño es no ser separados.