“¿Cómo pago? ¿Cómo como? ¿Cómo mando dinero a Venezuela?”. Mientras recogía cartones en las calles para venderlos a empresas recicladoras, Juan Herrera no dejaba de hacerse esas preguntas.
En mayo de 2015, Helena Riera Silva se fue de Venezuela como quien huye de un sitio que ya se le había vuelto demasiado hostil.
Johana Viloria es una bailarina caraqueña de 44 años que migró en 2019 a España en busca de una mejor vida para ella y su familia. Luego de dejar atrás la academia que fundó, Johana’s Dance, en su nuevo destino tuvo que dedicarse a diferentes oficios que le hicieron cambiar drásticamente su esencia, lo que la […]
En marzo de 2019, la periodista Johanna Osorio migró a Medellín. Fue el inicio de una serie de duelos que le dejaron muchos aprendizajes.
Carlos logró que Olga desfilara en una pasarela y se sentara en un trono de reina. También le confeccionó vestidos que ella sentía como una capa mágica que ocultaba lo que no le gustaba de sí misma.
Mientras estudiaba ingeniería agroalimentaria, Kerlis soñaba con trabajar en el Complejo Agroindustrial Arrocero Delta del Orinoco. Pero nunca arrancó.
En 2016 se fue una; en 2017 la otra: las dos hijas menores de Carmen migraron a Ecuador y ella se quedó sola en la casa que habían compartido.
Desde pequeña quería ser solista. Pasó por el Sistema de Orquestas de Venezuela; por academias; por la Filarmónica de Jalisco, en México; hasta que aterrizó en Madrid, en donde tuvo que tocar en la calle para sobrevivir. Carmen Zambrano es hoy una de las violinistas más buscadas en la capital española.
Un padre llega una noche a su casa, en Lima, y se encuentra con que su cuñada se ha llevado a su hija. Poco tiempo después descubre que no están en Huancayo, en el centro de Perú, sino en Chile. Al no dar con ellas, decide él mismo cruzar el desierto de Atacama, el más árido del mundo, en la frontera entre Perú y Chile, para buscarla.
Sin la posibilidad de comer adecuadamente y mantener el tratamiento farmacológico que le indicaron para la rectocolitis ulcerosa que padecía, Lisset Páez Soto se fue a Colombia, junto a su esposo, de donde él había migrado a Venezuela décadas atrás. Allá, estabilizada, inició un negocio y se dedicó a ayudar a migrantes como ella. Una noche, el fuego pareció volver todo cenizas.