Marimar vive con sus morochos de 11 años y un nieto de 10 meses en Las Bateas de Maurica, un caserío cercano a Barcelona, la capital del estado Anzoátegui, en el oriente venezolano. Con frecuencia se levanta por la mañana sin tener certeza de si comerán algo durante el día.ía.
En una casa construida con ramas, palos, bolsas de basura y cartones, en una de las intersecciones de la Vía Alterna, en Barcelona, vive una familia conformada por dos adultos y dos niños. Con esta entrega, el fotógrafo Samir Aponte cierra la serie Fuera del censo de Dios, en la cual busca una aproximación a la cotidianidad de los olvidados de esa ciudad del oriente del país.
En las calles de Puerto La Cruz, ciudad que fuese conocida por sus playas, sus centros nocturnos y por el Paseo de La Cruz y el Mar, el fotógrafo Samir Aponte encontró una comunidad de personas que viven en situación de calle, y compartió con ellas para conocer sobre sus vidas y saber cómo llegaron allí, en una nueva entrega de la serie Fuera del censo de Dios.
En un terreno ubicado entre el aeropuerto internacional José Antonio Anzoátegui, un importante complejo turístico y el criogénico de Jose se encuentra un caserío llamado Las Bateas de Maurica, conocido por todos como La Ciudad de los Mochos. Allí, en esa estampa del fracaso, vive Germán junto a su mujer y sus 12 hijos, en una casa sin puertas ni ventanas.
Caraqueño de nacimiento y oriental de corazón. Soy técnico superior universitario en diseño gráfico. Actualmente trabajo como reportero gráfico del diario El Tiempo y como creativo visual de la Organización Marinos de Anzoátegui.