Pablo Granadino pasó su niñez y adolescencia en Nirgua, un pueblo de pocas calles del estado Yaracuy, en el noroccidente venezolano. Fue allí donde comenzó a soñar con ser artista, con pararse algún día en el escenario del Teatro Teresa Carreño, en Caracas.
Tengo 23 años de edad y soy estudiante de Comunicación Social en la Universidad Santa María. He hecho cursos de locución, oratoria, modelaje y teatro. #SemilleroDeNarradores