La terquedad convertida en arte
Una revitalizada escena artística local tiene entre sus responsables y protagonistas a personas cuyas motivaciones coinciden en algunos aspectos, entre ellos un profundo compromiso con sus proyectos personales, una capacidad enorme de resiliencia y una incansable apuesta con las empresas que acometen, incluso cuando el sentido común parece indicar lo contario.
En un paneo por lo que ocurre en la escena artística en sus más diversos géneros, nos encontramos con los rostros de cuatro mujeres que han convertido la producción artística en un modo de ver la vida, y en su forma de ganarse el pan. Ellas son: la directora y actriz teatral Rossana Hernández, miembro fundador de la agrupación Deus Ex Machina; la productora de cine Astrid Pérez Bastidas, quien desde su aula de clases en la Universidad Católica Andrés Bello sumerge a sus alumnos en la experiencia real de la producción de cine; la productora de eventos musicales Ana María Díaz, quien descubrió tempranamente que a eso quería dedicar su vida, y Claudia Salazar, quien trajo a Venezuela el musical Los Miserables, en momentos en que la prudencia lo desaconsejaba.
Son mujeres, son jóvenes, son aguerridas y son parte de esa Venezuela que se niega a dejar morir el espectáculo artístico y ofrecen al público caraqueño montajes de alto nivel, como si estar en un país en permanente crisis no fuese un impedimento.
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Organización dedicada a fomentar la memoria y la identidad a través del arte de contar historias que ayudan a comprender la Venezuela de hoy.
