Lo que queda de las vacaciones

Al terminar el año escolar, los niños disponen de al menos mes y medio de descanso, hasta el inicio del siguiente período escolar. Agosto, que suele ser sinónimo de vacaciones, de viajes y de reunión de la familia, ya no es lo que era. Con una población empobrecida al punto de, en el mejor de los casos, apenas poder cubrir las necesidades fundamentales, son miles los niños que nunca han conocido de viajes y de descanso de la rutina del año.

Es el caso de los tres chicos cuyas historias componen esta serie: Gabriel, de 13 años; Lorenzo de 7 y Víctor Hugo de 13, quienes buscan la manera de atravesar esos días de descanso sin hacerse muchas expectativas. Esta, que representa una de las aristas menos comentadas de la crisis socioeconómica del país, ofrece unas instantáneas sobre un aspecto que conforma parte de la cotidianidad (quizá la menos dura, comparativamente) a la que se enfrentan niños que no conocen otra realidad ni a quienes la frase “tiempos mejores” les dice nada.

Esta serie fue desarrollada en una alianza con el Centro Comunitario de Aprendizaje (Cecodap), y acá pueden leer sus historias:

Puedo jugar con cualquiera pero aquí es muy triste

Su tía rica volverá por él en algún momento

Quizá vayan a Barquisimeto por cinco días

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