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Sol y su familia migraron de Venezuela a Colombia tratando de encontrar una vida en la que cubrir las necesidades básicas no fuera un problema. Poco antes de la pandemia, ella quedó embarazada de un francés que estaba de paso por Cali. “¿Qué vas a hacer?”, le preguntó él al enterarse.
Un pueblo de palafitos que se sedimenta. La gente llevándose sus casas en lanchas. Una suerte de Doña Bárbara zuliana insistiendo en imponerse. Anabel Rodríguez regresó cada tanto a Congo Mirador para grabar Once upon a time in Venezuela, un celebrado documental que la llevó a graduarse como artista.
Tras los barrotes de la Penitenciaría General de Venezuela, Ray Martínez redescubrió su pasión por el rap. Y se sintió libre. Por eso, junto a otros presos, fundó Free Convict, la agrupación que le permitió compartir con raperos consagrados, uno de los cuales le dio un consejo que marcó su camino: debía cambiar para bien.
Nació como un pequeño blog en el que sus creadores abordaban noticias reales en clave satírica y las difundían por correo electrónico. Al tiempo que la democracia en Venezuela se desmoronaba, el proyecto se fue convirtiendo en un portal sólido, de referencia internacional, que narra el país con una irreverente voz propia.
Tras el fallido intento de que la ayuda humanitaria entrara a Venezuela por Colombia, en el puente internacional Simón Bolívar continuaron los gases, los perdigones y las balas. En los días sucesivos a ese 23 de febrero de 2019, otra lucha desigual siguió su curso: la de los jóvenes de La Resistencia, cuyo retrato ofrece aquí Lizandro Samuel.
El 23 de febrero quedó plasmado en nuestra historia. Ese día, un mes después de que el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, asumiera el cargo de presidente encargado de la República, estaba prevista la entrada de la ayuda humanitaria para paliar la grave crisis alimentaria y de salud que azota al país.
Jorge Santiago tuvo un pasado de violencia y excesos. Situación que cambió cuando hizo familia, aunque el fantasma del pasado lo seguía acechando. Hasta un día que recibió un sacudón que lo pondría ante una encrucijada: terminaba de enmendar su camino o lo terminaba de torcer.
Jugó con la selección de Portugal en el Mundial de Sudáfrica 2010. Dos años antes, el Zennit de San Petesburgo pagó 30 millones de euros por su ficha, la más alta, hasta ese momento, del fútbol ruso. Se trata de Danny Alves, un muchacho caraqueño que jugó en las canchas del Santo Tomás de Villanueva y en el Centro Portugués .
Desde niño se codeó con amigos de su papá, como el gran Pelé. Jugó como profesional en Venezuela y Estados Unidos y estudió para convertirse en entrenador, dirigiendo a las selecciones nacionales sub 15 y sub 17. En 2017, Metropolitanos lo anunció como su director técnico. Llegó rompiendo esquemas y dándole libertad a los jugadores…
Me formé leyendo en una cancha. El fútbol me enseña a vivir y la literatura a entender la vida. Nunca salgo sin un libro y, en pro de dormir en paz, prefiero no prestarlos. Militante de la cultura del esfuerzo. Entiendo el mundo a través de historias. Escribo para vivir.